Calpurnia Tate y Charles Darwin.

28 Dic

Seguro que en más de una ocasión os ha sucedido que un libro, os lleva a otro. Y a veces este camino va de la ficción a la divulgación, o al revés. Y siempre, la casualidad nos encuentra.

La lectura de La Evolución de Calpurnia Tate, de Jackeline Kelly y de Roca Editorial, nos ha regalado días de apego a la lectura con gustazo.

Conocer a Calpurnia, una niña americana de doce años, es una suerte. Hija única entre seis varones en la sociedad de finales del XIX, que tiene que enfrentarse a todo lo que se espera de una mujer en una buena familia y conquistar sus deseos: estudiar en la universidad y ser científica. Su curiosidad y pasión por la naturaleza, siempre apoyada por un abuelo extraordinario y singular, defensor de las teorías de Darwin y el pensamiento científico, le harán descubrir un mundo diferente.

Cualquier profesor, y más si es amante de las ciencias, estaría encantado con que sus alumnos se enredaran en esta lectura. Puedes leer las primeras treinta páginas desde aquí.

 

Casualmente, una amiga nos dejó para leer un libro editado por Montena, que es un tesoro de biblioteca para cualquier lector: Charles DarwinLa aventura de la Evolución, escrito por A.J. Wood y Clint Twist.

Ha sido apasionante embarcarse en El relato del viaje del Beagle bajo el mando del Capitán del navío Fitzroy y dar una vuelta al mundo llena de descubrimientos desde 1831 a 1836. Increíble. Y después de conocer a Calpurnia, muchas ideas del libro han cobrado un sentido mayor: las anotaciones minuciosas en el cuaderno de campo, las ilustraciones de las especies, el hallazgo y la asignación de un nombre a una nueva especie…

Charles Darwin no se hubiera convertido jamás en el naturalista que revolucionó la ciencia de no haber sido por una serie de casualidades que le llevaron de muy joven, a explorar el continente sudamericano.

Su abuelo, Erasmus Darwin, fué médico, escritor e inventor de los más excepcionales del siglo XVIII y fué él quien comenzó a desarrollar la teoría de que la diversidad de las especies animales no era fruto de la creación divina. Una idea revolucionaria en esa época.

El libro se lee fenomenal porque está lleno de información muy variada: en cada página un aspecto del viaje, de los hallazgos, de la vida de los protagonistas… con diferentes tipografías, a veces demasiado pequeñas, y repleto de sorpresas en forma de solapas, cartas, mapas… siempre acompañando a la información escrita unas ilustraciones detalladas, como haría un buen ilustrador naturalista.

Nadie podrá decir con este libro, que un libro de ciencias pesa demasiado entre las manos.

La misión de Darwin en este viaje, como naturalista oficial, era la de recoger y preservar tantos ejemplares animales, vegetales y minerales como le fuera posible, para que los científicos de Inglaterra pudieran estudiarlos. Para ello, Darwin llevó meticulosamente un diario.

Nunca imaginó que iba a encontrarse con cientos de especies desconocidas, lo que le produjo un fuerte impacto y no apreciaría plenamente la transcendencia de la diversidad de las especies hasta el final de su viaje.

Nos ha gustado mucho la descripción de la corbeta en que navegaron : el Beagle. Cómo se disponía todo el material y las personas que embarcaron para esta expedición. Aparte de los marineros y especialistas en navegación, también contaron con un cirujano, un misionero, tres fueguinos (hombres de la Tierra de Fuego), un relojero (indispensables los cronómetros a punto para establecer las coordenadas), nuestro naturalista y un ilustrador.

La misión del Beagle era explorar las costas sudamericanas detallademente para realizar los mapas de navegación que facilitaran los viajes a posteriores barcos.

El capitán Robert FitzRoy, era también un estudioso naturalista, que se especializó en meteorología.

 

 
Ésta fue una época de gandes hallazgos, como lo fue el viaje de Darwin. Los naturalistas entonces no eran considerados científicos, más bien era un entretenimiento de caballeros aficionados. Sus estudios se irán transformando poco a poco en disciplinas académicas como la botánica, la zoología y la geología. Lo mismo sucedía con el estudio de los fósiles, de los que se dudaba de su utilidad. Fueron los geólogos, los primeros científicos en estudiarlos seriamente.

Darwin encontró en este viaje, especialmente en la Patagonia, muchos restos fósiles de animales extintos y quizá fuera en esta época cuando comenzó a preguntarse si las especies actuales descienden de especies extintas.

La selva tropical de Brasil, la pampa argentina, los Andes y las islas Galápagos son algunos de los lugares que visitó y donde vivió fascinantes experiencias. También conoció pueblos diferentes, como los gauchos en Argentina, los hombres de Tierra de Fuego que eran casi primitivos, los pueblos maoríes de Nueva Zelanda o los aborígenes de Tasmania.

Las ideas de Darwin sobre las distribución y el origen de las especies tomaron forma en las Islas Galápagos. Escribía a su amigo Henslow, amigo incondicional, quien se encargaba de difundir los hallazgos e ideas publicándolo en revistas científicas y enviando sus escritos a científicos reconocidos. Cuando Darwin llegó a Inglaterra, era conocido en los círculos científicos gracias a la infatigable divulgación de Henslow.

Ya en Inglaterra, Darwin escribió varios libros sobre el viaje de Beagle. Y secretamente en 1837 comenzó a escribir la Transmutación de las especies, que no lo haría público hasta 1859, bajo el título de El origen de las especies.

Tuvo muchos detractores científicos y religiosos, pero sus teorías sobre la selección y la adaptación natural de las especies, se aceptaron antes de su muerte y se corroboraron prácticamente todas sus ideas, tras los descubrimientos de Mendel sobre los genes y de los descubrimientos de los científicos Watson y Crick del ADN.

Estas teorías de la evolución cambiarían para siempre nuestra manera de entender el mundo.

 

No sabéis lo apasionante que ha sido hilar a Calpurnia Tate con Charles Darwin. Dos libros que ganan su espacio en las estanterías de una biblitoteca.

 

 

7 respuestas to “Calpurnia Tate y Charles Darwin.”

  1. Cristina diciembre 28, 2010 a 12:45 pm #

    El de Calpurnia se lo ha traido Papanoel a mi hija pequeña, de 12 años. Estoy empezando a leerlo… El de Darwin para Reyes ( Ya no se que disculpa inventar para justificar todo lo que me gasto en libros… Ainnns…)Gracias por la recomedacion. Abrazos lectores

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    • Biblioabrazo diciembre 28, 2010 a 2:19 pm #

      No te arrepentirás, estoy segura.
      A mí me pasa lo mismo con los gastos en libros, pero es que hay algunos que son irresistibles. De todos modos, ir a las bibliotecas, públicas o escolares, nos hace ahorrar y descubrir muchas lecturas inesperadas.
      Pero siempre encontraremos una disculpa acertada 😉
      Un abrazo
      Ana

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  2. Javier Fonseca diciembre 29, 2010 a 7:22 am #

    Ana: Bienvenida al club de fans de Calpurnia Tate. Llegó a mis manos este verano, recomendación de una librera amiga, y ha sido de lo mejorcito de este año. Una historia divertida, tierna, y con un excelente final.
    Por cierto, para los que te lean desde Madrid, disponible en el Bibliometro.
    Gracias por la recomendación sobre Darwin. Tiene una pinta estupenda. Lo buscaré en la biblioteca.

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  3. Jean Vladimir Térémetz diciembre 29, 2010 a 7:49 am #

    Bonjour

    http://www.darwin-l-immonde.net

    Cordialement Jean Vladimir Térémetz

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  4. jim enero 8, 2011 a 10:50 pm #

    cool

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  5. KARLA noviembre 12, 2011 a 10:55 pm #

    creo que no vienen muchas cosas que darwin encontró en su viaje y eso es lo que estoy buscando ok

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