Las aventuras de Tom Sawyer. Mark Twain.

2 Abr

 

Muchas de las aventuras contadas en este libro sucedieron en realidad. Una o dos fueron experiencias propias; el resto las vivieron chicos que fueron compañeros míos del colegio. Huck Finn es un personaje de la vida real; Tom Sawyer también, pero no es una única persona, sino la combinación de características de tres chicos que conocí…

… A pesar de que mi libro quiere servir de entretenimiento a chicos y chicas, espero que no sea rechazado por hombres y mujeres con esta excusa, porque parte de mis intenciones buscan permitir que los adultos recuerden con agrado a aquellos que fueron una vez: cómo sentían, cómo pensaban, cómo hablaban y las curiosas tareas que emprendían.

Hatford, 1876

Mark Twain

 

 

Las aventuras de Tom Sawyer. Mark Twain. Ilustraciones de Meritxell Ribas y editado por La Galera.

Nos encanta retomar a los clásicos. Muchos de ellos se quedaron por leer, pero sí llegamos a conocer sus historias porque han sido siempre alimento del cine, lo que es estupendo. Pero aseguramos siempre que cuando la historia se lee, ésta se hace muuuucho más grande.

La Galera ha editado un cuidada edición de las aventuras de Tom Sayer y las de Huckleberry Finn en un paquete que guarda los dos volúmenes. Nos fijamos especialmente en esta edición por las curiosas y originales ilustraciones, de las que hablaremos un poquito.

 

Las aventuras de Tom Sawyer están llenas de frescura y ganas de libertad. Este muchacho americano, huérfano, que vivía con su tía Polly en Saint Petersburg, a orillas del Misisipi, nos empuja a un viaje a la infancia que siempre navega entre lo permitido y lo prohibido.

Tom es de corazón honesto, leal y compañero, pero también vanidoso, teatrero y mentiroso. ¿Qué otro remedio le queda a un niño que debe debatirse entre lo que necesita descubrir y las numerosas normas impuestas por los adultos, imposibles de cumplir?

Su tía Polly le adora, pero no puede controlar la inquietud del muchacho, lo que le provoca remordientos de conciencia cuando no le castiga, pero sin embargo se le parte el corazón cuando le da unos azotes. Eso sí, un beso de tía Polly, podía barrer su tristeza y devolver a Tom la felicidad.

Mark Twain no sólo retrata la vida cotidiana del sur de Estados Unidos en el XIX, sino que también, y debido a su extraordinaria personalidad, nos acerca a las contradiciones humanas y a las cuestiones vitales que siempre ha vivido el hombre.

 

 

La escuela para los chicos era un horror. Capitaneada por un mal maestro, tirano y vengativo, provocaba pensamientos de venganza en sus alumnos, que no perdían la oportunidad de hacerle jugarretas. El maestro siempre les daba cien vueltas y los chicos acababan derrotados.

La iglesia y los sermones: un aburrimiento. Allí se daba lugar a idear mil travesuras, como sacar a «pellizquero», un gran escarabajo negro con formidables mandíbulas. Terminó mordiendo el trasero a un pobre perro que se puso a correr de dolor por todo el templo.

 

 

¿Qué nos queda entonces?:  !El amor y los amigos!

El amor apasionado y desconcertante hacia Becky Thatcher, que le descolocará una y otra vez a pesar de las advertencias de sus amigos: Todas las mujeres quieren peinar a los hombres.

Amigos y compañeros que se intercambian tesoros: garrapatas, dientes de leche, canicas, ratas muertas, carretes de hilo, llaves que no abren puertas, culos de botellas de vidrio para ver… que les hacían sentirse más ricos que antes de los cambios. Compañeros también con los que enfrentarse y organizar buenas peleas.

Amigos que se intercambian remedios de brujas, como eliminar verrugas con un gato muerto:

Coges el gato y vas al cementerio a medianoche, a un lugar donde hayan enterrado a alguien malo; a medianoche en punto vendrá el demonio, quizás dos o tres demonios, pero tú no los podrás ver, sólo sentirás el rumor del viento; y cuando se lleven al sinvergüenza, tu les tiras el gato y les dices: !Demonio sigue al difunto; gato sigue al demonio; verrugas id tras el gato y marchaos de mi lado!.  Así lo contaba Huckleberry Finn.

Este gato trajo mucha cola, pues por él, Huck y Tom  fueron testigos escondidos del asesinato del doctor Robinson en el cementerio, a manos del indio Joe.

 

Niños que juegan a ser piratas y encuentran una isla en donde perderse, o que quieren ser bandoleros y cambiar un destino escrito.

Mark Twain nos lleva con humor y ternura, al territorio de la infancia en el que tarde o temprano se siente un irreprimible deseo de vivir la aventura de buscar tesoros escondidos.

Y la lectura de Las aventuras de Tom Sawyer, con cualquier edad, es una manera de rescatar un tesoro maravilloso.

Mark Twain es el seudónimo con el que firmaba Samuel Langhorne Clemens (Florida, Misuri, 1835- 1910). Su vida está plagada de anécdotas divertidas que demuestran una profunda independencia personal y un rechazo total a vivir con ataduras. Fué un incansable estudioso, escritor y viajero, sin renunciar jamás al humor y a la crítica social.

 

Meritxell Ribas, utiliza en sus ilustraciones una técnica muy original: el grattage. Consiste en una plancha de yeso tintada de negro, sobre la que se va rascando con un bisturí el dibujo, haciendo sacar las líneas de color blanco.

Puedes disfrutar de más ilustraciones y a mayor resolución desde aquí.

Y escuchar a la ilustradora en una interesante entrevista.

4 respuestas to “Las aventuras de Tom Sawyer. Mark Twain.”

  1. Bibliosenda abril 3, 2011 a 2:13 pm #

    Estos títulos siempre me traen recuerdos de mi infancia, mis tíos me regalaban libros de la Colección Historias Selección, en editorial Bruguera y entre ellos siempre había títulos de Mark Twain o Charles Dickens.
    Uno de mis favoritos era «Las aventuras de Tom Sawyer» que lo leí y releí una y otra vez, en alguna ocasión encaramada a una higuera, donde me encantaba acomodarme para leer.
    Ana, muchas gracias por refrescar mi memoria con estos recuerdos tan entrañables.

    Un abrazo
    Mariaje

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    • Biblioabrazo abril 4, 2011 a 8:46 am #

      ¿Te imaginas, Mariaje, una tarde de cafelito con Roald Dhal y Mark Twain? 😉

      Ana

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  2. maite lama abril 3, 2011 a 2:49 pm #

    Me encanta este libro y esta edición que presentáis me acaba de cautivar sin remedio… Gracias por la entrada. Os he enlazado desde el blog de nuestra biblioteca, porque tal y como digo allí, es cierto que llevo tiempo queriendo hablar de estos clásicos que me hicieron pasar momentos de emoción cuando era niña.

    Felicidades por el blog

    Saludos,

    maite

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    • Biblioabrazo abril 4, 2011 a 8:48 am #

      Hola, Maite:
      Nos ha pasado lo mismo. Siempre imaginamos los clásicos llenos de color, y esta propuesta de Meritxell Ribas tan original, es preciosa.
      Gracias y un abrazo.
      Ana Nebreda

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