Es de esas historias que se pasean plácidamente por el non sense y el extrañamiento, que provoca multitud de metáforas ( !con lo que está cayendo!, !con la que está cayendo!) y risas por lo imaginado y visual.
Nublado con probabilidades de albóndigas, que publicó en abril de 2012 la editorial Corimbo, no es una lectura nueva, pues el matrimonio Barret, Judi y Ron, autora e ilustrador, la publicaron en 1978 en EEUU.
¿Te imaginas que no tuvieses que ir a la compra, ni cocinar, porque toda la comida te cayera del cielo? y… ¿qué pasaría si el tiempo se volviese loco y provocase una tormenta de hamburguesas, un tornado de tomate frito o un huracán de salchichas?
¿Te imaginas?
! Imagina!
Esto es lo que sucede en Tragaycome, que se encuentra más allá del océano, tras las montañas y pasados tres desiertos… en la historia que le cuenta el abuelo a Henry y a su hermana.
En el pueblo de Tragaycome el cielo les proporcionaba los alimentos y el tiempo cambiaba en el desayuno, la comida y la cena. Llovía zumo, nevaban guisantes y el viento traía hamburguesas. Sólo tenías que extender tu plato o tu vaso al aire para comer.
La vida en el pueblo era deliciosa, hasta que empezó a empeorar el tiempo… !ya podrás imaginar los desastres que pudieron ocasionarse!
Aunque lo mejor es que disfrutes de la lectura y de las imágenes del libro.
La inglesa Judi Barrett es la autora de esta divertida y extraña historia.
Su marido Ron Barrett, ha apostado por unas ilustraciones, disposición de los dibujos y el texto muy cercano al cómic, el tebeo o la historieta.
Los dibujos a plumilla con una paleta de apenas tres colores están llenos de detalles en los gestos, los objetos, los escenarios…que te conducen a observarlo con expectación, extrañeza y asombro. Son muy divertidos y nada corrientes.
A los chicos les ha encantado la historia porque se pirran con estas exageraciones visuales y poder imaginar hasta donde lleguemos.
Y más… alentados por los chaparrones que estamos viviendo esta primavera!!
Pero tampoco hemos perdido la oportunidad para desvelar lo que hemos encontrado tras las risas:
¿Qué comemos?, ¿cuánto comemos?, ¿todos comen lo mismo?, ¿por qué tenemos hambre?, ¿influye lo que ingerimos en nuestra salud?, ¿qué hacemos con la comida que sobra?…
Me gustan estas historias que están llenas de puertas, para abrir la que quieras cuando quieras, o que se abran solas para sorprenderte 😉
¡Muy «rodariano»!
Me gustaMe gusta
Yo también lo he pensado 😉
Me gustaMe gusta
¡Sí, estoy muy de acuerdo! Y lo cierto es que me encanta ese tipo de invitación a la imaginación, esa sinrazón que en el fondo es lo que hace que una obra literaria tenga sentido, paradójicamente. ¡Apunto esta novela en mi lista de obligatorias!
Un saludo,
Isa Romero Cortijo.
«Pablito» está a punto de nacer…
Me gustaMe gusta
Ya lo conocía y me sigue pareciendo genial. En más de una ocasión, cuando tengo que pensar en el menú para el día siguiente, pienso en la sugerente idea de que me lloviera del cielo.
Me gustaMe gusta
!Sobre todo las cenas, que te pillan sin pilas!!
Entonces es cuando te acuerdas de tu madre, que estaba en todo…
Deberían caer madres del cielo!!!
Me gustaMe gusta
Es un libro muy divertido, sí. Y me encanta la imagen de madres lloviendo del cielo con sus pucheros…
¡Buen provecho para el fin de semana!
Me gustaMe gusta
Como siempre me encanta este post, ya necesitaba algo sobre comida para un «almuerzo literario» que haremos en la biblioteca. Si me pueden recomendar otras lecturas que tengan relación con la comida estaré recibiendolas
Me gustaMe gusta
Me encantó esta historia!!!despertador para la imaginación!!!
Me gustaMe gusta