Ponerle palabra a las cosas, a las personas y a los sentimientos, nos hace el mundo más grande.
Ponerle nombre a las emociones es comenzar a conocernos y entendernos un poco mejor.
El monstruo de colores y de la mano de Annallenas, nos ayudará a poner en práctica habilidades emocionales en la escuela y en casa. De manera sencilla desvela los colores de algunas emociones básicas: la alegría, la rabia, el miedo y la calma.
Comenta Eduardo Punset que la revolución que tenemos ya encima es la irrupción del aprendizaje social y emocional en nuestras vidas cotidianas.
La familia y la escuela es un colectivo humano que no escapa a esto y que necesita acabar con el desdén sistemático hacia las emociones básicas y universales para profundizar y gestionar, que no reprimir, nuestro comportamiento que sin duda, es social.
En los programas de habilidades emocionales y sociales, uno de los primeros pasos es reconocer y poner nombre a las emociones.
El monstruo de colores está hecho un lío con lo que siente y su amiga le ayudará a distribuir y colocar en cada envase una emoción diferente.
¿Les acompañamos?
La alegría es… amarilla. Brilla como el sol y parpadea como las estrellas. Es contagiosa. Cuando estás alegre bailas, sonríes, juegas, saltas… y quieres compartirla con los demás.
Sin embargo cuando estás triste quieres estar solo, escondido y no te apetece hacer nada. La tristeza es suave y nostálgica como el agua. Un poco salada como las lágrimas. Parece azul.
Con el enfado, el miedo y la calma hacemos el mismo viaje en el que hablamos sobre lo que nos produce esa emoción y cómo la llamamos. Es un ejercicio que tiene muy buenos efectos sobre uno mismo y con los demás.
El modo de ilustrar de Anna Llenas es muy simpático y expresivo. Me encanta el uso de cartones pintados y pegados que parecen tener relieve.
Un mural, un trabajo personal, las fichas de colores de cartón en los tarros… son ideas que conducen a otras y que podemos poner en marcha en la escuela. Esto es lo que me gusta de algunos libros: que provocan realizar sus propuestas y otras que surgen inevitablemente.
El monstruo de colores
Annallenas
Si encuentras algún rato libre, una propuesta muy entrañable para hacer y tener algunas emociones cerca, en punto o tela, para hablar sobre cómo nos sentimos o para no decir nada, y estar quietos achuchando el cojín.
Desde Blabla.
Vaya, cambiaría los colores atribuidos a las emociones, pero con todo el libro me ha parecido precioso. ¡Dan ganas de adoptar al monstruito!
Abrazos,
Isa Romero Cortijo.
“Pablito” no para de crecer…
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Me encanta estar suscrito a este sitio, todas tus noticias son bellísimas sigue así Ana
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el libro es precioso y me encantan las emociones de tela
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Una manera original de representar a las emociones como un monstruo a controlar
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