Tomi Ungerer dice de sí mismo: «No soy ilustrador ni autor, solamente hago libros. Mi curiosidad me empuja siempre a hacer algo nuevo, a no especializarme».
Y es cierto. Así lo vamos descubriendo a medida que conocemos paso a paso su obra.
Nos detendremos hoy en El sombrero, editado por primera vez en 1970. En España lo edita Alfaguara en 1978.
El sombrero parecía vivo, y en su vuelo hizo de las suyas: salvó de un buen coscorrón con una maceta a un turista, rescató a un peculiar pájaro morado de lo alto de una estatua, hizo rendirse a unos ladrones, apagó un fuego provocado en el interior de un coche de bebé…
Todas estas aventuras corrió Benito con el sombrero, que además le reportó algunos beneficios económicos que mejoraron su aspecto personal.
Las ilustraciones son muy divertidas, con muchos toques de humor y dinamismo. Personajes pintorescos con un aspecto muy teatral. Perspectivas increíbles en las que todo cabe en el dibujo. Colores potentes y vivos. !Un gran ilustrador!
¿No es recuerda esta ilustración a una escena de cine?
Tomi Ungerer deja buen sabor de boca. Sus finales son redondos y agradables. Está lleno de chispa y le gusta divertirse. Se le nota y lo agradecemos en sus libros.
Y no habrá mejor final para Benito, que el encuentro con el amor prodigado por una rica y alegre dama: la Contessa Aspi d’Istra.
!Qué bien sienta un golpe de suerte en esta vida!
Una curiosidad:
En pleno barrio imperial de Estrasburgo, ocupando la villa Grenier construida en 1884, puede visitarse el Museo Tomi Ungerer – Centro Internacional de la Ilustración. Abierto al público en 2007, el Museo muestra hasta 300 dibujos (de los 11.ooo que guarda) realizados por Tomi Ungerer, nacido en Estrasburgo en 1931 y consolidado como artista en Nueva York. Allí llegó en 1956, como él cuenta, “con 60 dólares en el bolsillo y un baúl de dibujos y manuscritos“.
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