Manual del buen paseante. Raimon Juventeny

En estos días de inicios, de organizar, de preveer y de abordar una nueva estapa en el año, toparte con el Manual del buen paseante es una bocanada de serenidad y del placer de vivir pequeños instantes del día.

Es cierto además, que el otoño se presta a retomar esos paseos olorosos y frescos que nos llenan de tanto agrado.

Con este Manual, veinte puntos para el paseante, el paseo se aborda con calma y curiosidad, convirtiéndose esta lectura en una metáfora del buen vivir y de la persona feliz.

Vivir la vida a ritmo de paseo disfrutando del entorno y de la compañía.

 

Comenta Raimon Juventeny, autor e ilustrador del libro, que la cultura actual nos empuja a la velocidad, a los logros, al conseguir metas, a ser el primero en alguna cosa. ¿Y qué pasa si simplemente yo quiero vivir tranquilo, y no quiero tener nada que ver con correr ni con competir?.  Es una declaración de principios, una reivindicación de otro estilo de vida, más lento y pausado, que también es válido. Quizá no sea el único modo de ser feliz, puede haber gente que sea feliz compitiendo, ganando muchos Oscar, subiendo muchos pódiums…, pero también está este otro modo de caminar.

El Manual surgió mientras trabajaba en otro libro anterior: Era una historia más convencional, con un principio y un fin, con un argumento, y estaba centrada en un señor que paseaba; pero no acababa de salir la historia y, a partir de una frase y del personaje, me vino la idea de hacer este Manual del buen paseante. Era como si la idea estuviera ahí, en mi cabeza, y quisiera salir. De pronto me di cuenta de que esto era lo que tenía que decir, de que este era el libro que estaba buscando, relata el ilustrador y escritor.

(Tomado del artículo sobre el libro en el Diario de Navarra)

La editorial Faktoría K de libros, ha editado el manual en un formato muy amable, cuadrado, con ilustraciones a doble página y en donde las tonalidades ocres, naranjas y marrones del otoño que el autor ha primado, suman ese ambiente relajante y ritmo lento que tanto nos inspira.

 

Te preguntarás si eres un buen paseante, o qué deberías hacer para conseguirlo. Te contamos algunas buenas ideas de este Manual:

El buen paseante sale a pasear cuando le apetece, nunca tiene prisa y se asoma una leve sonrisa en sus labios; es un gran observador que se fascina ante lo majestuoso y también ante lo minúsculo; si se encuentra con alguien, conversa y presta su ayuda si alguien lo necesita; descansa el tiempo necesario y puede detenerse a mirar las nubes, escuchar trinos o a dibujar sobre la tierra; siempre duerme bien.

Carl Honoré hace un breve prólogo muy interesante, que aporta una idea muy acertada de la profundidad de este pequeño libro, hilando su pasión por Europa en donde las ciudades surgieron antes de la era del automóvil y se construyeron por tanto, a escala humana, de ahí que en Europa, caminar sea una actividad muy normal, en contraposición con Norteamérica, donde la gente conoce mejor los coches que las caras de sus vecinos.

En la actual era de la impaciencia, la mayoría de la gente camina con una actitud equivocada. Nos movemos por las calles descargando nuestra rabia con cualquiera que ose frener nuestra marcha. Utilizamos podómetros que, con su recuento de pasos y calorías quemadas, convierten el paseo en ejercicio físico; incluso vamos haciendo cosas mientras caminamos, como comer, sorber café o jugar con el móvil.

El Manual del buen paseante es una atinada crítica a esta tendencia correcaminos. Es un ingenioso canto al placer que proporciona un buen paseo.

Después de saborear esta lectura, hay que salir a dar un largo y agradable paseo… para celebrar el otoño, para celebrar que comenzamos algo nuevo.