Qué maravilla encontrarse con un álbum ilustrado tan bien construido en el formato, la historia y la ilustración. Una orquesta inteligente, genial y curiosa que pide al lector interpretar y repasar visualmente la doble historia que guarda.
Un viaje para el lector por cada centímetro cuadrado de las páginas.
¿Cómo es esto de la suerte?; si llega… ¿qué haces con ella?; ¿y si llega y no te das cuenta?, ¿cuánta suerte necesitamos para ser felices?, ¿qué clase de suerte busca cada uno? …
Para aclarar estas cuestiones, nos dejamos llevar por el Sr. Malapata y el Sr. Buenaventura, que hacen el mismo viaje de ida y vuelta, sin conocerse, sin verse, pero viviendo acontecimientos y desenlaces bien diferentes. Dos historias que finalizan justo en medio del libro.
¿Con cuál de los dos personajes te quedarás?
El libro de la buena suerte
Sergio Lairla y Ana G. Lartitegui
Editorial A buen paso, 2014
Un libro con dos cubiertas, una por cada cara del libro porque alberga dos historias, la del Sr. Buenaventura, y la del Sr. Malapata.
Y no importa el orden en que lo leas. Es un libro que hay que darle la vuelta, o ponerlo al revés, o boca abajo para acceder a los dos viajes. Lo que se conoce también como formato upside-down.
Sus finales coinciden en la mitad del libro con un desplegable ilustrado sin palabras en donde el lector deberá interpretar a través de las imágenes el final de cada aventura.
Creo que Sergio Lairla y Ana Lartitegui deben haber disfrutado mucho componiendo esta historia y que llevó varios años encajarla e ilustrarla, con un resultado espectacular para el lector.
Abordamos primero el contenido textual, el argumento de la historia, que nos hará reflexionar sobre el modo en que construimos nuestra suerte y de qué manera nuestra actitud dirige los acontecimientos para que resulten positivos o no.
A veces, el viento sopla en contra. No es momento, entonces, de empeñarse en grandes cosas.
El Sr. Malapata lleva un mal año. Ha perdido el empleo y por casualidad encuentra un folleto de vacaciones que le impulsa a cambiar de aires y hacer un viaje.
Malapata no debe tener buen carácter: siempre con el ceño fruncido, con prisas, tensionando las situaciones y poco atento con quienes le rodean. Un viaje desastroso donde nada saldrá como había imaginado.
Pero antes de salir del aeropuerto compró un boleto de lotería y en el momento más desesperado del viaje, decide entrar en una administración para comprobar si le ha tocado.
¿Cambiará esto su suerte?
A veces el viento sopla a favor. Es el momento de dejarse llevar.
Al Sr. Buenaventura le han salido bien las cosas y piensa que se merece unas vacaciones. Con la ayuda de la agencia de viajes planea su estancia y se toma con calma y tiempo los preparativos.
Buenaventura tiene un buen carácter: toma los contratiempos con distancia, se presta a ayudar a desconocidos, busca el lado bueno de los acontecimientos y le gustan las conversaciones. Disfruta de cada momento y el viaje resulta mucho mejor de lo imaginado.
Pero antes de salir del aeropuerto compró un boleto de lotería.
¿Cambiará esto su suerte?
Y abordamos la ilustración en el libro, que es potente, con una fuerza narrativa por encima del texto y una disposición espacial en las páginas que van conformando casi una película. Todo está medido y calculado.
Comenta Ana Lartitegui, ilustradora e investigadora de la LIJ que:
La lectura de imágenes es contemplación, y si la enorme potencialidad que posee lo visual se trabaja bien, si el creador logra ofrecer lo máximo con lo mínimo, la imagen se convierte en un aliado excepcional para la expresión y para la relación entre el texto literario y el texto visual. (La contemplación de las imágenes)
Hay una narrativa visual sobre lo que ocurre en cada momento con multitud de detalles que incluso no se explicitan en el texto y que el lector debe contemplar y descubrir.
Y también hay una narrativa visual de la historia en su conjunto, del ritmo de la trama; de modo que la mirada del lector está guiada por las ilustraciones que cambian de tamaño, pequeñas como las de una historieta e incluso ocupando la doble página, siempre haciendo pareja con el texto hasta el desplegable final, donde solo hay narrativa en la ilustración.
No todo está escrito, hay 1793 detalles que se muestran solo en la ilustración y que incluso el lector debe desvelar y concluir: un supuesto robo de maletas, una relación amorosa, un incendio en la ciudad y la constante simultaneidad de los dos personajes en las imágenes sin que se sea consciente de ello.Volverás a leer la historia más de una vez, sin duda.
Comenta Ana Latertigui sobre los álbumes ilustrados:
Me en cantó ese libro, gracias por rescatarlo de mi memoria mínima y gracias por todas y cada una de vuestras entradas, un placer leer este blog.
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Gracias, Rocío.
Un placer contar con tu lectura 😉
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Excelente reseña, dan muchas ganas de leerlo. Gracias por ampliar la gama de posibilidades literarias en el mundo infantil y juvenil.
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muchisimas gracias
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🙂
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