Era tan pequeño que nadie le puso nombre, hasta que llegó la ocasión de demostrar lo despabilado y vivaracho que era. Y como al crío más pequeño y querido le llaman el rey de la casa, a él le nombraron reyezuelo.
Todo sucedió una mañana cuando todas las aves del bosque se reunieron para elegir al rey que las representara. Nadie podía faltar allí. La opinión de todas era importante.
¿Quién de todas reunía las condiciones ideales para llevar la corona del rey con dignidad?
En estos últimos días me llegó este libro a las manos, y que hoy viene como anillo al dedo.
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