Miramos al cielo. Buscamos arriba algodones en lo azul. Dicen que ya llegan, que las vieron a lo lejos cargadas de copos blancos.
Y mientras aparecen o no, las leemos en los poemas de Cecilia Pisos.
¿Acaso son las mismas palabras las que aparecen en los poemas que las escritas en otros libros?
Las palabras en la poesía son como las nubes. Tienen ganas de jugar, y lo hacen al escondite, a ocupar cualquier espacio que no sea un renglón, a dibujar formas en el papel o hacer soniquetes con los versos.
Con su aritmética nos hacen reír, imaginar, sentir y convierten nuestra boca en un instrumento musical.
Pero a veces esto no sucede a la primera. Los poemas tienen otro tiempo y tienes que leer, releer, con calma, en voz alta… hay que darles tregua para descubrir sus formas.
Como cuando miras nubes.
NUBE con forma de NUBE
Ilustraciones de Diego Bianki
Editorial Kalandraka, 2016
Así describe Cecilia Pisos este libro de poemas:
Este volumen, que quiere ser un tratado de nubes fue escrito pensando que, con algo tan volátil como un verso, puede dejarse pinchada en una página una nube… para que otro la lea tal cual uno la vio al atraparla.
En fin, que no hay nube nueva bajo el sol. La nube llora y sus lágrimas se evaporan hasta formar otra nube. Igual que con las mismas palabras escribimos diferentes cosas. Sin embargo… nunca se lee dos veces a la misma nube. Ni con los mismos ojos.
=
Puse una nube
en un frasco
de mermelada vacío.
(No creas
que voy a untar
de nube
mi tostada.)
=
Tan solo quiero ver
(es un momento,
espera, luego la libero)
si duerme
tiene frío
dice algo
se mueve.
=
A lo mejor
tengo suerte
y hasta entiendo
cómo es que hace
para llover.
=
Me gusta este juego:
Una,
dos,
tres,
cuatro,
cinco,
seis,
siete,
ocho,
nube,
diez.
=
“¡Siga a esa nube!”, ordené
y me subí al taxi.
En la esquina,
nos estrellamos.
La nube
se posó sobre el accidente
y se desternilló de lluvia.
=
Cuando miras las nubes… ¿tu eres de los que ven figuras, o solo ves nubes?
=
Dicen que nos abriguemos, que ya llega el frío del Invierno.
=
Cuando es invierno
y en medio de la calle
abrimos la boca,
hablamos,
nos salen unas nubes
que envuelven las palabras
para que no nos tomen frío
las cosas que decimos.
=
Lo bueno de estos poemas es que cuantas más veces los lees, más te gustan.
¡Este libro ya tiene su espacio en nuestra estantería!
Comentarios recientes