La isla de Abel. William Steig

23 Ene

Por historias como ésta sigo entregada a la Literatura Infantil.

Hemos pasado la tarde entregados a la lectura en voz alta, Juan y yo (dos lectores adultos y ávidos de descubrir historias), disfrutando de cada página con emoción.

Es mi segunda lectura. La primera la hice a solas y me dejó tanta huella que necesitaba compartirla, contarles a todos que en este libro se puede habitar. No sabéis cómo me llena de alegría conquistar el corazón lector de un adulto con libros que habitualmente caen en manos de niños y que los mayores nunca pensarían en acercarse a ellos.

Desde el primer capítulo quedas atrapado por la historia, los personajes y el exquisito lenguaje con el que se narra.

Nos íbamos alternando la lectura de capítulos y toda la habitación se convirtió enseguida en la tormenta y la isla en que quedó atrapado Abel. Solo queríamos saber qué ocurriría, hacia dónde derivaba la historia con la emoción de cada acontecimiento y pensando en todo lo que Abel se preguntaba.

Abel y Amanda son dos ratones muy finos, delicados y elegantes. Mientras meriendan y pasean una tarde por el campo, se desata una tremenda y furibunda tormenta que les hace refugiarse en una pequeña oquedad rocosa. Pero el viento roba el pañuelo de Amanda y al querer cogerlo Abel, cae y se ve arrastrado por la incontenible fuerza del agua desbordada que le lleva hasta muy lejos, dejándole por fin estancado en una isla sin posibilidad de cruzar la corriente que le rodea.

Durante el tiempo que transcurre en esta isla, un proceso Robinson Crusoe le acontece: intentos continuos de búsqueda de soluciones para salir de allí, acopio de provisiones para comer, refugio para descansar y estar a salvo de alimañas (el ratón es un bocado sabroso para muchos animales), objetos que le rememoran su vida cotidiana, el encuentro con otro naúfrago…

 

Y constantemente las preguntas y el pensamiento.

Abel no deja de preguntarse cómo encontrar soluciones a todo lo que debe resolver en un entorno desprovisto de comodidades, herramientas y objetos. Debe construir una nueva vida.

Abel se pregunta qué estarán pensando los otros, qué sentirán ante su ausencia, cómo le estarán buscando… Y también se cuestiona sobre sus posibilidades, sus fuerzas y la impetuisidad de la naturaleza que le rodea.

A pesar de que en muchos momentos su Vida y la Naturaleza lo ocupan todo y le trasladan a otra dimensión, él siempre va apegado al pañuelo de Amanda que lleva consigo porque su Amor es la razón para continuar intentando una y otra vez aquella escapada.

Aunque la voz narrativa es en tercera persona, la perspectiva es la misma de Abel y poco a poco te ves atrapado en su cuerpo y en su mente. Vives lo mismo que él. Piensas, te preguntas y sientes el mismo frío, el miedo, las dudas, la nostalgia y la soledad que él.

«Pero no estaba en casa ni muchísimo menos. Pensó en sus seres queridos, en sus amigos lejanos. Amanda era su compañera, sí, y siempre lo sería. Sus padres, hermanas, hermanos y amigos serían siempre sus padres, hermanas, hermanos y amigos, pero sus sentimientos hacia ellos se habían vuelto borrosos. ¿Cómo iba a seguir teniendo sentimientos calurosos, vivos, hacia seres recordados? Vivir era algo más que recordar e imaginar. Él quería tener junto a sí a Amanda de verdad, y trató de llegar hasta ella. Daba la impresión de que sus mensajes no podían transmitrise a través del aire gélido»

Ohhh, William Steig, qué maravilla!!!

No lo dudes, si ves el libro, no dejes de leerlo. Es pura literatura y filosofía.

Y sí, le sucede a un ratón, en una isla imaginaria, a una escala de ratón… pero te aseguro que encontrarás referencias, respuestas e  ideas del tamaño de tu propia vida.

Yo ya lo tengo en mi lista se superfavoritos. Volveré a leerlo de nuevo.

La isla de Abel.

William Steig

Editorial Blackie Books, 2018

Escriben en la editorial sobre William Steig que

vivió nada menos que noventa y cinco años. Comenzó a trabajar como caricaturista en el New Yorker en 1930 (para ellos haría unos 1.600 dibujos y más de 100 cubiertas en siete décadas), y escribió e ilustró más de veinte libros considerados hoy clásicos indiscutibles de la literatura infantil.

Su incursión literaria no llegó hasta cumplidos los sesenta y un años, pero pronto fue imposible pararlo: de su tintero salieron en fila personajes tan emblemáticos como Silvestre y la piedrecita mágica, Irene la valiente, Shrek! o Doctor De Soto, sin olvidar los revolucionarios dibujos simbólicos que quedaron recogidos en un sinfín de libros para adultos. Los reconocimientos a su trabajo no pararon de llegar en toda su carrera. El último, en 1995, fue el título de «Rey de las caricaturas», que le otorgó la prestigiosa revista Newsweek. Y sin duda sigue siendo el rey: sus ilustraciones cómico-satíricas (en las que la fauna más mordaz campa a sus anchas) no han encontrado parangón quince años después de su muerte.

Una de sus hijas, Maggie, recuerda con cariño un juego al que solía jugar con su padre, en el que ella debía elegir entre dos objetos (tales como una ventana o una puerta) para encarnar uno de ellos. Lo llamaban «¿Qué preferirías ser?» y de ahí sacaban excelentes historias. Seguramente, elegir entre los queridísimos personajes de Steig, buscar un preferido, siga siendo uno de los juegos predilectos de muchos niños en todos los rincones del planeta. Y de no menos adultos.

7 respuestas hasta “La isla de Abel. William Steig”

  1. MA.CINTA TEXIDO FONT enero 23, 2020 a 10:08 am #

    Bon dia, Trobaré aquest conte a qualsevol llibreria? o el puc comprar a on?

    gràcies,

    MªCinta

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    • Ana Nebreda enero 27, 2020 a 2:39 pm #

      En cualquier librería, seguro. Es un libro muy actual 😉

      Ana

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      • Carmela marzo 29, 2020 a 10:53 pm #

        Lo he leído y me encantó. Tu estabas en la isla con Abel, creo que un adulto lo disfruta más. Un niño lo vería como una aventura. El amor recorre su camino en recuerdos, pensamientos, lucha, esperanza y tantas y tantas cosas.

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      • Ana Nebreda marzo 30, 2020 a 9:57 am #

        Es una historia preciosa 🙂

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  2. Nieves enero 23, 2020 a 1:11 pm #

    Gracias Ana por la referencia a este autor y su libro… qué ganas de leerlo !… No conocía nada de William Steig…misión futura ?…encontrar y leer sus libros, sobre todo, ABEL… tu comentario es muy motivador !…muchas gracias !… siempre sigo, y son fan, de tu blog…que es tan importante… saludos y buen 2020 !…

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    • Ana Nebreda enero 27, 2020 a 2:40 pm #

      Gracias, Nieves.
      A mí me ha dejado huella esta historia y su autor. Espero que a ti también, aunque ya sabes, que cada lector construye también su propia historia en torno a un libro 😉
      Abrazos

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  3. María Auxiliadora Herrera enero 23, 2020 a 7:42 pm #

    Hola! Excelente reseña de un interesante libro. Sería muy bueno conocer tu lista de super favoritos libros. Podrías dárnoslos a conocer por favor??

    Muchas gracias!!

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