Pasé de tener abuelos, a que mis padres fuesen abuelos y en estos últimos años muchos de mis amigos se han convertido en abuelos. ¡¡La vida corre que vuela!!
Ahora conozco de cerca a más abuelos y abuelas que nunca y casi todos están «piraditos perdidos» con sus nieticos.
Lo cuenta muy bien Mari Carmen Díez en su libro de poemas ABUS.
Desde que sus nietos Liam y Noah aparecieron en su vida todo es como un torbellino de mariposas que le hace sentir que vive por primera vez (otra vez) las cosas más cotidianas de la vida.
Ser abuela le genera una emoción acumulada que hay que darle paso de alguna manera y escribiendo le alivia y le sujeta «el alma para que no se desboque cuando me miras, o cuando no lo haces. Tengo que acostumbrarme a tus presencias y a tus ausencias. A conocerte y a soñarte. A tenerte y a no tenerte. Tengo que acostumbrarme a ti…»
El libro guarda 30 poemas muy entrañables de esos momentos inolvidables de cada día: durante el juego, la comida, la hora de dormir… de las cosas que rodean al niño e inundan la casa, de los bailes y canciones, de las palabras y de los descubrimientos con ojos de niño. Pero sobre todo, de las nuevas ganas de besar, achuchar y abrazar.
Siempre elijo no solo los poemas que al leer y releer me emocionan, también señalo y escribo los que nos van a dar pie con un grupo de niños y niñas a reescribirlos, a inventar otros poemas con la misma estructura, a inventar otros versos finales y seguir escribiendo y rimando como poetas.
Los yayos
El yayo y la yaya
me quieren llevar
en carro de flores
a orillas del mar.
El yayo y la yaya
me quieren comprar
un sombrero rojo
para festejar.
El yayo y la yaya
me quieren subir
a la noria grande
por poder reír.
El yayo y la yaya
me quieren traer
un cesto con besos
por poder crecer.
Tengo debilidad por la forma de contar que tiene Mari Carmen: no hay un concepto pedagógico o una experiencia educativa vivida que no le de luz, que la interprete y la cuente con enorme claridad, dando paso al sentir de la infancia en una conexión preciosa con el adulto.
Si los poemas de este libro son alegres, tiernos, sinceros y simpáticos, no puedes dejar de leer los comentarios que escribe sobre las situaciones que generaron estos versos. Tras la apariencia de sencillos comentarios, guardan esa escucha atenta que ella siempre tiene con los niños y que en un gesto, en una palabra o una pregunta está toda la vitalidad y el mundo de la infancia.
- «Hoy he oído un pájaro cantar y he sabido que si lo vieras tú, te quedarías muy, muy quieto. Lo mirarías con fijeza y luego te reirías explosivamente y echarías mano a cogerlo.»
- «¡Abu, Abu, Abu, Abu, Abu, Abu! le decías al abuelo entre carcajadas cada vez más fuertes.
Aún anda contándoselo a todo el mundo…»
- «Hay que ver lo salvajemente que tratas a tu perrito, Liam. Le pegas, lo empujas, lo subes, lo bajas… Un día, hasta le diste un mordisco. ¡El pobre! «
El libro está ilustrado por los niños y niñas de cinco años de la Escuela Infantil Aire Libre de Alicante en la que Mari Carmen ha trabajado tantos años.
Mirar con detalle los dibujos es un perder el tiempo ganado. ¡No quiero ni imaginar cuando algunos abuelos y abuelas se reconozcan en los retratos!
Las guardas del libro son geniales.
Van a pasar a la colección de imágenes de guardas originales y bellas que acopio.
Esta es Mari Carmen, seguro, seguro. Yo la hubiese dibujado igual: su sonrisa, su pelo rizado, las gafas y sus preciosos pendientes.
Sus nietos la querrán como una abuela maravillosa.
Y no sabéis la suerte que tenemos maestras y maestros de tener a Mari Carmen Díez como referente educativo necesario.
ABUS
Ed. Iglú, 2021
Enamorada de ‘escribiendo le alivia y le sujeta «el alma para que no se desboque cuando me miras, o no lo haces.’ Qué suerte leerte, me emociona.
Por cierto, se percibe a través de la pantalla cuánto quieres y admiras a Mari Carmen. Lo comprendo perfectamente!!
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Es que es un amor. La conoces. Como tú 🙂
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Le va a encantar a mis nietos
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Ya te tienen a ti, los muy suertudos !!! 🙂
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