En la entrada anterior resalté el deseo del protagonista de ser amigo de los autores de los libros que le volvían loco y tener la posibilidad de llamarles para charlar con ellos.
Yo llamaría a Marjane Satrapi sin ninguna duda.
Persépolis ha sido el libro que más me ha tocado en los últimos meses. No puedo olvidarlo y releo muchas de sus páginas. Es como esos libros de los que Kafka hablaba y que son como hachas en un mar helado: capaces de hacer una grieta profunda en la dura superficie.
Persépolis es el relato autobiográfico de la infancia, la juventud y primeros años de madurez de la autora, en el que el crecimiento de una niña se mezcla con el testimonio de la historia de su país: Irán.
Está tan bien contado que te emocionarás y sorprenderás con las experiencias y pensamientos de la protagonista. Y también conocerás, te indignarás y dolerán las verdades y pasajes de la historia de un país.
Es una novela gráfica de referencia por la estética de sus dibujos en blanco y negro, por su crítica social y la emotividad y honestidad de la mirada de una niña en una sociedad tan convulsa.
Me gustaría mucho estar con Marjane Satrapi y escucharla.
Leo sobre ella que nació en el 69 en Rasht (Irán) en una familia progresista. Vivieron en el país con sus ideales políticos hasta la revolución del 79 en que todo se extremó y violentó. La vida se volvió muy muy difícil y decepcionante para muchos en la sociedad iraní.
Sus padres la envían a Viena ante la complicada situación política repleta de censura y conservadurismo. Esta etapa de vida en Viena es bestial para ella: la adolescencia y juventud arrollan como un tanque en un mar de contradicciones y búsquedas.
De regreso a Teherán, en plena dictadura religiosa, se matricula en Bellas Artes, se casa con su compañero pero con el tiempo la vida para ella se hace totalmente insostenible en su país. Se separa y se traslada a Francia en 1994 donde vive hasta ahora.
Persépolis surge del entusiasmo que sus compañeros del colectivo L´Association le transmiten para que convierta los recuerdos de su infancia en un cómic. Marjane arma todos estos recuerdos motivada por contar especialmente la historia de su país. Se publican en 4 tomos entre 2000 y 2003.
Todo en Persépolis invita a la reflexión.
Cada página es un vuelco al corazón y entras con facilidad en el pensamiento de esa niña que se debate entre lo que aprende en la escuela, lo que ve en la calle y lo que vive en su casa; o en el desconcierto de la joven alternativa cuando surgen las ideas políticas, el arte, la filosofía y la sexualidad durante su primera estancia en Europa; o en los sentimientos de la mujer que quiere vivir en coherencia con sus ideas y seguir queriendo a los suyos.
En definitiva encuentro una palabra permanente para esta tremenda obra: Identidad
Una búsqueda de identidad en la que se batalla con uno mismo y con los otros, y también con la cultura, la tradición y la historia del nido familiar. Todo en esta historia nos hace pensar.
Persépolis es un símbolo de tolerancia y libertad. Nos habla de guerras, de democracias, religiones, dictaduras, torturas, exilios, falsedades, educación, matrimonios y prejuicios. Todo nos pregunta en este cómic.
Algo especial te conecta con la historia y se tejen hilos emocionantes entre las viñetas y el lector.
De verdad que es un libro brutal. Muy brutal.
Sí, llamaría a Marjane Satrapi. Para que me lo contara otra vez.
Persépolis
Marjane Satrapi
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