En estos días de luz el placer de observar a los niños jugando en los recreos, en los patios, en los parques, o en el jardín de casa, se convierte en el descubrimiento de la curiosidad y la alegría que les acompaña.
Y me gusta descubrir en los libros que la mirada del adulto que observa está llena de optimismo, de respeto y de amor por los niños.
Como lo hacen Ruth Krauss y Maurice Sendak.
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