El maravilloso Mago de Oz.

4 Feb

Hace no mucho tiempo decidí encontrarme con los clásicos de la literatura infantil y juvenil. Cuánto me alegro de ésto, pues llevo acumulados muchos tiempos maravillosos de lectura gracias a ellos.

Afortunadamente, muchas editoriales los reeditan sin versionar. Tengo especial debilidad por la editorial Blume porque ha elegido a un genial ilustrador para las publicaciones de estos clásicos:  Robert Ingpen. Si ya es un regalo la lectura, aún es más fascinante si viene imaginada por una mano maestra, como la de este ilustrador.

El maravilloso Mago de Oz, publicado en 1900, es el clásico infantil de Estados Unidos.

Su autor, Lyman Frank Baum que nació en 1856 en el estado de Nueva York, era hijo de un rico americano que recibió una educación exclusiva, debido a su frágil salud; esto hizo de él un niño con pocas relaciones y que pasaba largas horas en la biblioteca de su padre.  Pronto nació su deseo de escribir, creando periódicos caseros y cuentos de hadas.

Tuvo poca y mala mano para los negocios con lo que la fortuna de su padre fué desvaneciéndose, y sin embargo, su alma de artista nunca decayó.

El maravilloso Mago de Oz fue un éxito inmediato, en la que combinó elementos mágicos inspirados en sus cuentos de hadas – brujas, magos, animales parlantes y criaturas fantásticas- con el paisaje familiar del Oeste medio americano.

Frank Baum escribió la historia con el fin de agradar a los niños, aspirando a ser un cuento de hadas modernizado en el que se conservan la sorpresa y la diversión y se prescinde del dolor y las pesadillas. Según él, había llegado el tiempo de nuevas «historias maravillosas» en las cuales desaparecen los estereotipos del genio, el enano y el hada, juntamente con otros incidentes horribles y estremecedores que los autores ingeniaban para dotar de una moraleja aterradora a cada uno de sus relatos.

Dorothy vivía en el medio de las grandes praderas de Kansas con el tío Henry, que era granjero, y la tía Em, su esposa. La casa era pequeña porque habían tenido que transportar en carro durante muchos kilómetros la madera necesaria par construirla. Cuatro paredes, un suelo y un techo formaban una única habitación, y en ella había una cocina de leña oxidada, un armario para los platos, una mesa, tres o cuatro sillas y camas.

Así comienza nuestra historia. Y no será la única ocasión en la que una descripción cuidadosa y bien armada de palabras acertadas, son capaces de situarnos al lado de lo que ocurre: descubriendo el ambiente de los lugares, el ánimo de los personajes o las acciones que realizan, como si estuvieses allí mismo.

El viento del norte y del sur se encontraron donde estaba la casa y la convirtieron en el centro exacto de un ciclón. Un ciclón que arrancó la casa y la elevó por los aires, junto a Dorothy y a Toto, su perrito, volando y volando hasta aterrizar en un hermoso y desconocido lugar.

Y aquí comienza la aventura.

Calzada con los zapatos de plata de la Bruja Malvada del Este, que ha muerto aplastada en el aterrizaje de la casa, y con el beso en la frente de la Bruja Buena del Norte, Dorothy emprende un largo viaje por el camino de adoquines amarillos hacia la Ciudad Esmeralda.

– Creo que en los países civilizados ya no quedan ni brujas, ni magos, ni hechiceras, ni hechiceros. Pero el país de Oz nunca ha sido civilizado porque estamos aislados del mundo. Por eso quedan todavía magos y brujas entre nosotros.

Sólo el Mago de Oz podrá ayudar a Dorothy a volver a Kansas.

En este camino de búsqueda, nuestra protagonista se encuentra con tres peculiares y ya muy conocidos personajes, que se unirán a ella para encontrar al Mago de Oz, que vive en la Ciudad Esmeralda.

Cada uno de ellos desea algo muy especial y viajan con la esperanza de que Oz pueda dárselo.

El espantapájaros quiere un cerebro para no ser tonto.

El leñador de hojalata desea un corazón para sentir.

Y un león cobarde, busca el valor que le falta.

Lo hermoso de esta lectura son las conversaciones entre estos personajes sobre lo que buscan, la imagen que tienen ellos de sí mismos y sus historias y vivencias personales.

Son capaces de contarte sencillamente, las cosas realmente importantes de la vida.

Curiosamente, a medida que conoces a los personajes, descubres que tienen justo lo que creen no tener. Se esfuerzan tanto en mejorar en lo que piensan que fallan, que el espantapájaros siempre acierta en sus soluciones, al leñador de hojalata se le saltan las lágrimas cuando menos se lo espera, y el rugido del león puede ahuyentar a cualquier malvado, pero… siguen creyendo que les falta todo eso.

Quien sin embargo sí está muy lejos de casa, es la pequeña Dorothy.

Sólo el Mago de Oz puede cumplir los deseos de cada uno.

¿Y cómo y quién es Oz?

Es difícil decirlo. Oz es un gran mago, y puede adoptar cualquier forma que desee. Algunos dicen que parece un pájaro, otros que parece un elefante y otros que parece un gato. A otros se les aparece como una hermosa hada, como un bizcocho de chocolate o como cuaquier cosa que le plazca. Sin embargo ninguna persona viva sabe cómo es realmentre Oz cuando adopta su propia forma.

Y no lo vamos a descubrir aquí, porque para ello tienes que leer la historia 😉

Como todas las historias de aventuras, no será fácil que el Mago conceda los deseos sin tener que superar una difícil prueba. Y ésta será, acabar con la Bruja Malvada del Oeste.

No faltan en la historia los elementos mágicos que tanto placer producen en la fantasía infantil y adulta: un gorro de oro con tira de diamentes y rubíes que concede tres deseos a quien cubre su cabeza, o unos zapatos mágicos que juntando tres veces los tacones pueden llevarte adonde quieras.

Tampoco faltan esos personajes extraños que puedas haber imaginado pensando en seres diferentes a nosotros y que, como no podía ser de otra manera, deben tener un raro nombre: los munchkins, los quadlings, los winkies o los kalidahs.

Dorothy tenía un alma noble y generosa y no era consciente del maravilloso poder que tenía.

El juego de apariencias al que se somete en todo su viaje, siendo capaz de comprender y ayudar a todos los que se le acercan, no podían ofrecerle otro final que no fuese feliz.

Y será Glinda, la Bruja Buena del Sur, quien le muestre de manera sencilla el camino para llegar hasta Kansas, junto a sus tíos Em y Henry.

Un viaje del que nunca te arrepentirás haber vivido.


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5 respuestas to “El maravilloso Mago de Oz.”

  1. Noni febrero 6, 2012 a 10:56 am #

    Maravillosas ilustraciones para una historia que, como todo clásico, no tiene fecha de caducidad. Todos a lo largo de nuestra vida tenemos que recorrer un camino buscando aquello que creemos no tener, sin duda todos tenemos nuestro camino a Oz particular.
    Un saludo

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  2. NURIA febrero 7, 2012 a 8:21 pm #

    Guauuuu que suerte!
    Justo ayer pensaba que era hora de empezar a leer a mi hija de 4 años historias más elaboradas y pensé en empezar con este clásico que yo tampoco he leído 😦 pero andaba perdida sin saber qué edición comprar… ¡Ya no estoy indecisa!

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  3. yalilza h.a abril 12, 2012 a 2:33 pm #

    que bello es te felicito aun que nesesito que me ayudes para conseguir tu obra pero aca en inter no la consigo

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