Toon Tellegen, holandés, empezó a inventar historias sobre animales para contárselas a su hija antes de ir a dormir. Creó un mundo en el que solo hay un bosque, un río, un océano y un roble; un mundo imaginario donde todo es posible y habitado por animales que se hacen preguntas sobre sí mismos y sobre los demás.
Toon lleva escribiendo las historias de la ardilla, el elefante, la hormiga y otras criaturas más de 25 años. Sus pequeñas historias tienen un tono divertido, sutil y a veces un tanto absurdo por la singular perspectiva de la mirada hacia lo que rodea a sus personajes: ¿se te ha ocurrido pensar en lo que necesita una mesa?, ¿o sobre la preocupación de una tortuga porque le entra la prisa?. Son historias muy poéticas y filosóficas. La sencillez que las tiñe nos lleva a la esencia de las cosas.
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