A pesar de que he terminado de leer el libro, ahí continúa. Es como si no hubiese sacado la ropa ya limpia de la lavadora y siguiese dando vueltas sin darme opción a dar por finalizada la lectura… ni me dejase empezar una nueva.
¿Reconoces esta sensación?
De nuevo, una lectura inolvidable. Me cuesta dejarla aún cuando ya no hay más páginas que leer. Lo celebro y lo comparto. Tengo que hablar sobre lo que he leído.
El mar y la serpiente se editó en Buenos Aires en 2005 (editorial Norma), pero llega a mis manos ahora, once años después desde la Editorial Milenio.
Es una lectura intensa que denuncia las terribles prácticas de la dictadura militar en Argentina, haciendo desaparecer, para siempre, a quienes protestaban y se manifestaban contra el gobierno.
Aunque pase el tiempo y nuevas ediciones del libro circulen y nos hagan ponernos en la piel de quienes vivieron allí, lo que sucedió se convierte en un acontecimiento abominable que pertenece a la humanidad, por lo que hay que continuar poniéndole palabras, voz y memoria.
Paula Bombara, la autora argentina, relata una historia vivida en primera persona: con tres años tuvo que huir con su madre de Bahía Blanca, donde su padre fue uno de los primeros desaparecidos de la dictadura argentina, en 1974.
Este es el escenario y la historia que late detrás del relato. Un relato que se construyó durante muchos años y que se presenta al lector con una enorme singularidad y calidad literaria.
El tiempo de la obra transcurre a través de los ojos de una niña desde los tres años hasta que es adolescente. Y con sus preguntas, sus desconciertos, sus desvelos y decisiones vamos construyendo una historia que de ser un secreto para protegerse, pasa a ser una seña de identidad con voluntad de querer ser denunciada y no olvidada.
«-Hija…
-…
– Hija, ¿me ecuchás? Despertate…
-Mmmhhh…¿qué hora es?
-No importa. Tengo que decirte algo.
-Mmmhhh…¿qué?
– Vos eras todo para nosotros. Tu padre pensaba que merecías un mundo mejor. Por eso luchaba.
-…
-Era eso nada más… Seguí durmiendo.
-… «
Literariamente la autora logra situarnos en esa parte íntima del pensamiento de la niña y a través de un lenguaje que va evolucionando al mismo tiempo que la niña crece, nos da la oportunidad de pensar, hablar y actuar como lo hace la protagonista.
Es muy sorprendente cómo el texto se organiza en el papel de manera muy libre en el que los espacios, las cursivas, negritas y saltos de renglón tienen mucho que decir. La secuencia brota, sigues con soltura pero con dudas que irán despejándose con el tiempo justo para mantener la curiosidad y para aclarar finalmente.
Es también muy sutil cómo el lector tiene siempre un primer plano familiar manejando una vida cotidiana que desea encontrar una normalidad y la tranquilidad. Pero algo inevitable late en el interior de la protagonista y el eco de las torturas, las humillaciones, el secuestro y las desapariciones no pueden hacerse insonoras e invisibles. Ahí están. Será en su adolescencia, en el colegio y con sus compañeros, cuando a todo le ponga palabras, voz y memoria.
Un relato inolvidable que es un testimonio histórico y en el que los personajes evolucionan con oportunidades para continuar su vida con dignidad.
«Hoy nos faltan 30.000 personas con nombre y apellido…
Un agujero de 30.000 personas que podrían haber hecho tantas cosas…
Pero bueno, no podemos cambiar el pasado. Lo que sí podemos hacer es recordar que nos faltan injustamente.
Yo jamás podré olvidarlos.»
El mar y la serpiente
Paula Bombara
Editorial Milenio, 2016
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