El único y verdadero Rey del bosque. Iban Barrenetxea

24 Dic

Si un viajero se aventurase a cruzar los helados mares del norte, si los vientos y las mareas le fueran propicios, si sorteara las tempestades y los monstruos marinos se apiadasen de él, desembarcaría en un lugar donde los inviernos son largos y oscuros y en verano el sol jamás se va a dormir. Si el viajero, tras besar la tierra -como debe hacer cualquier viajero que se precie de serlo-, caminase tantas leguas como horas tiene el día, llegaría hasta un bosque de abedules. Alli, a la sombra de los blancos abedules tal vez, y sólo tal vez, el viajero llegaría hasta una casita de madera: la casita de madera de Jaska, Kaspar y Masia.

El único y verdadero Rey del bosque

Iban Barrenetxea

Editorial A buen paso, 2013.

Iban Barrenetxea de nuevo como autor e iustrador compone historias redondas, editadas por A buen paso.

Ya nos atrapó con El cuento del carpintero y vuelve a hacerlo con esta historia que comienza posicionándonos en el escenario lleno de matices de un viajero, con un rico vocabulario capaz de sembrar muchas escenas visuales.

Esta es la magia que provoca quien sabe aliñar bien las palabras y quien tiene una buena historia que contar.

Es una historia perfecta para estos días de invierno.

Una historia con muchos tintes de la trradición oral en donde no faltan los hermanos (el tonto y grandullón, el fanfarrón y miedoso, y la práctica y trabajadora), la casita perdida en un enorme bosque, el Rey déspota y un zorro blanco y astuto que tiene que salir de un enorme apuro.

Todo ello, en un blanco paisaje de invierno que pasa ante tus ojos en varias páginas ilustradas, en las que te hipnotizan los ya reconocidos personajes de perfil que acostumbra a dibujar Iban, estilizados, con sencillos y delicados detalles, recios en su aspecto pero capaces de crear ambientes muy palpables.

Un zorro blanco muy elegante que despierta el deseo de todos (incluso el lector quisiera acariciar su hermoso y suave pelaje) y que como bien se precia en toda historia de astucia, éste, procurará salirse con la suya, hacia una vida larga y feliz, con alguna que otra perdiz en su barriga y muchas gallinas sabrosas y pechugonas.

Así desea cualquiera un buen invierno!!