Ana María Matute: Soy feliz.

Dicen en El País que por lo que pudiera pasar, la Matute, como todos la llaman, se fue a la peluquería a las 11,30. «Por si cae «.

 

Y con el pelo recompuesto, el galardón más alto de las letras hispánicas, le cayó.

Y le hizo feliz, feliz, feliz.

 

 

De la montaña de libros pendientes, sacamos enseguida Cuentos de infancia, editado por mr. ediciones martínez roca.

Érase una vez una niña llamada Ana María Matute, que a los cinco años empezó a escribir y dibujar historias…

 

 

Este libro es una joya literaria, en el que se recogen los cuentos que Ana María Matute escribió desde los cinco años, hasta los catorce y que su madre guardó sin ella saberlo. Nueve historias que delatan el crecimiento personal y literario de una niña apasionada por las historias, con una precocidad asombrosa en la escritura, las ideas y los dibujos.

 En este libro tenemos la ocasión de poder leer desde su propia letra. Qué bien dibujaba!!

 

Dice Rosa Montero que la Matute es ese tipo de escritora con voluntad de preservar con vida al niño interior y esa niñez abrasadora es el motor esencial de su personalísima obra, tanto en sus novelas realistas como en las más fantásticas. Escogió ser una niña eterna y seguir jugando.

De sus cuentos, escogemos El polizón del Ulises.

(Cuando estudiábamos EGB, nuestra maestra nos mandó comprar este libro. Fué el primer libro. En casa había muchos cuentos y tebeos que pertenecían a todos los hermanos, pero libros infantiles con dueño, ninguno. Así que, El polizón del Ulises es algo muy especial .)

Una historia preciosa de un bebé abandonado, Jujú, en la puerta de la casa de tres hermanas solteras. Crece con pasión y tiene en el desván de la casa su reino, su barco, al que llama Ulises y del que es capitán, acompañado de tres inseparables amigos: un perro, un gallo y una perdiz. Desde aquí, se desatarán aventuras, secretos y valentía, al hacerse cómplice en ocultar a un preso fugado.  Una historia que le gustaría vivir o imaginar a cualquier niño.

El niño crece un buen día, especialmente tras la fiebre de una enfermedad, y comenzará a olvidarse del Ulises, del polizón…

 

Ana María Matute  nació en Barcelona y tiene 85 años.

Es la tercera de cinco hermanos. De niña le gustaba el teatro, los museos, la naturaleza. Dibujaba y escribía cuentos. Su padre le regaló un guiñol y ella se metía en el escenario e inventaba funciones. En verano, la familia se trasladaba al pueblecillo de Mansilla. Allí Ana María aprendió a amar los bosques, las flores, el río.

Tanto ama los bosques, que cuando ingresó en la Academia, tituló su discurso En el bosque. Defensa de la fantasía y recordaba que «la primera vez que leí la palabra bosque en un libro de cuentos, supe que siempre me movería dentro de su ámbito; escribir ha sido la constante voluntad de entrar en el bosque».

Tenía 10 años cuando estalló la guerra civil. Este suceso trastornó su pequeño mundo. Conoció la miseria, el miedo, la violencia y la tristeza. Quedó tan profundamente impresionada que en casi todas sus novelas para personas mayores aparece esta guerra.

Tenía 25 años cuando ganó el primer premio literario. Y ha conseguido muchos.

Tiene un hijo que se llama Juan Pablo.

Y ahora, con el Premio Cervantes, es feliz.

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