Dice Mar Romera en su nuevo libro, que lo que mejor define el hecho de vivir es «coger olas«. Son muchas las que te ofrece la vida, algunas se escapan, otras te revuelcan y solo algunas te dejan surfear hasta sentir su energía en el movimiento.
Mar Romera es una enorme ola que cuando pasa cerca, te empuja, te envuelve, te revuelca y con una enorme generosidad te sube a la cresta para que desde esa perspectiva y con emoción mires y vivas la educación que deseas.
Los niños y niñas nos aprenden.
No importa aquello que los padres y maestros dicen, sino aquello que padres y maestros son.
No importa tanto el cómo hay que dar la clase, sino cómo hay que ser para poder darla.
Nos aprenden.
La pedagogía emocional se ha convertido en un pilar educativo fundamental en el siglo XXI.
Mar Romera, un referente nacional en Inteligencia Emocional, expone sus reflexiones, estudios, ideas y experiencias para dar luz a los conflictos personales y familiares de nuestro tiempo, y entre sus líneas se encuentran pequeñas sugerencias que nos ayudarán a llenar nuestras mochilas de recursos para la vida.
«Amar de forma incondicional no significa hacerlo bien, sólo es el primer paso. En los primeros años de vida el potencial de un niño o niña es increíble, sus capacidades ilimitadas, y sólo las encorsetan nuestras expectativas. Para que su desarrollo suceda como es debido tenemos que escuchar más y hablar menos, admirar más y mirar menos, tocar más y dirigir menos, saborear cada minuto por el valor que éste tiene, y no por el que tendrá en el futuro.»
«Yo pienso que la clave está en lo simple, en lo sencillo y en lo positivo.» Escribe Mar.
Antes que organizar un viaje a Disney porque todos los niños van, la autora propone:
«Comer en familia, compartir una película, pasear de la mano, hacer juntos una receta de cocina, visitar a los abuelos, leer para ellos, salir de excursión al campo más cercano, preparar una barbacoa, coser una falda, construir un puzle… Todo ello constituye el día a día, el poder del ahora, lo simple, lo que realmente evidencian situaciones amorosas, desinteresadas, llenas de calma, de esplendor y de posibilidades de futuro.»
A través de jugosas experiencias personales, de pedagogías y teorías de la psicología y la neurociencia, la autora nos invita a la reflexión sobre nuestros conflictos, incertidumbres y expectativas, teniendo siempre como norte indiscutible al Niño que hay ante nosotros.
La familia, la primera escuela de las emociones
Mar Romera
Editorial Destino, 2017
Y estuvimos con Mar Romera en Cáceres.
Se entregó a más de 170 profesores, llenos de curiosidad, de optimismo, que persiguen hacer bien su trabajo y de hacerlo bonito. Y nos atrapó.
Primero para despojarnos de metodologías y de creencias. Deconstruir y desaprender para saber primero quiénes somos y ser conscientes de la transcendencia de nuestra labor y de la dignidad de la profesión docente.
Nos habló de las emociones y de la necesidad de que los niños y niñas vivan todas, las reconozcan, las entrenen y las incorporen a sus vidas.
«La excelencia emocional nos ayudará a enfrentarnos con éxito a cualquier circunstancia de la vida, independientemente de la belleza o la alegría en la que venga envuelta. El equilibrio emocional y un buen autoconcepto nos ayudarán a desarrollar una vida plena.»
Desarrolló un planteamiento educativo basado en las Inteligencias Múltiples y en especial, en favorecer las fortalezas de cada niño, no en destacar sus debilidades para mejorarlas, que es una desafortunada práctica habitual.
Y Francesco Tonucci, al que ella llama «Maestro», y es amigo y cómplice educativo, se paseó por la sala desde la voz de Mar Romera para defender los derechos de los Niños, para devolverles los 99 lenguajes que les robamos, para dejarles vivir sin sobreprotegerlos, para darles voz y escucharles, para abrazarlos y para que sueñen lo que quieran ser.
En muy pocas ocasiones podremos escuchar a alguien con tanta fuerza, con tanto criterio, tanta formación y con tanto amor por la Infancia y por la Educación como lo hace Mar Romera.
Es un referente educativo impagable.
Y fue difícil poner fin al evento, pues todos querían agradecer sus palabras, hacerse fotos para el cole, tener su firma y dedicatoria en el libro… estar aún más cerca de ella para mantener fuerte su recuerdo.
Yo también, amiga.
Muy tarde, cansadas y felices.
Gracias por todo y a todos.
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