Estaba obsesionada con las olas que esas vacaciones había visto en el Atlántico y con los surfistas que las escalaban y descendían sin aparente temor.
Y como nos sucede con mágica frecuencia, surgió el libro de la estantería que estábamos escrutando en la biblioteca. Salió a nuestro encuentro.
Con los ojos redondos como platos me lo ofreció: ! Como éstas!
La gran ola. Hokusai
Véronique Massenot y Bruno Pilorget
Editorial Juventud, 2013
Cada año, el 5 de mayo, los japoneses celebran el día de los niños o Koinobori (literalmente, carpa bandera), y se hacen ondear al viento peces de tejidos multicolores.
Los peces-banderas simbolizan la fuerza vital que el niño debe demostrar para crecer y convertirse en un adulto valiente. En realidad, la leyenda originaria de China y adoptada por Japón, explica que una pequeña carpa mostró tanto valor remontando el río Amarillo, que se transformó en un dragón, un animal que proporciona buena suerte y venerado en Asia.
Esta leyenda y tradición es una de las semillas que la francesa Véronique Massenot ha sembrado en este impresionante álbum, para tocarnos la piel acerca de la adopción y el viaje que un niño, llegado de una ola, hace sobre su identidad.
Otra tremenda semilla esparcida por todo el libro, germina de La ola de Kanagawa, 1831, estampa del artista japonés Hakusai, adoptado a los tres años por una familia de fabricantes de espejos para la corte. Cambió el concepto del arte y del artista en su país, y fue referente y admirado por los europeos impresionistas.
La fuerza de la naturaleza emociona en esta gigantesta ola, que Hakusai pintó con 70 años de edad, a punto de desbocarse sobre los pescadores en sus barcas frágiles como hojas. El monte Fuji al fondo, montaña sagrada de Japón, nevado e imponente, contempla impasible la voracidad del mar.
No sería lo mismo este álbum ilustrado sin la mano de Bruno Pilorget, artista francés e inagotable viajero, que con una gran maestría ha ilustrado las escenas de la historia transportándonos sin dificultad a otra cultura, otros paisajes, inspirándose en la complejidad y sugerencia de la obra del artista japonés.
El hombre, el mar, el fluir del agua y la fuerza de las olas, nos hacen navegar con sobresaltos hasta una inmensa ola de amor que es esta historia.
Y así, desde las olas del verano del Atlántico, un libro nos ha llevado hasta las olas del invierno del Pacífico, con protagonistas diferentes, lugares lejanos y relatos que a veces son muy cercanos.
Y hemos conocido La gran ola de Kanagawa de Hokusai.
Ésta es:
Hokusai hizo una serie de 36 estampas sobre el monte Fuji que revolucionó la pintura japonesa por la representación de paisajes en gran formato. Puedes verlas en la web de la Biblioteca Nacional de Francia
El compositor Claude Debussy compuso La Mer, inspirándose en esta obra del japonés.
Ana cada vez que regreso a tu blog me encuentro con alguna maravilla. Lo abarcás todo. Felicitaciones y gracias. María, de Barcos de papel.
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Eso me pasa por visitar con tanta frecuencia las bibliotecas 🙂
Un abrazo fuerte
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Gracias, María. Me encantan estos abrazos transoceánicos.
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Gracias Ana, no conocíamos esta publicación, pero ahora la compraremos porque el curso pasado con nuestro alumnado, a raíz de los temporales en Galicia, hicimos un trabajo sobre «La gran ola», con lo cual será un grato recuerdo para ellos. Como siempre, gracias mil por lo que nos aportas.
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Leí aquella entrada y me encantó, como todo lo que publicáis. Qué alegría saber de nuevo de vosostras! Volvemos a encontrarnos 🙂
Ana Nebreda
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Con mis alumnos del taller trabajamos con la Gran Ola y también con esa hermosa tradición del día del niño en Japón, e hicimos nuestros Koinobori! QUIERO ESE LIBRO-ÁLBUM, divino! saludos!
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Es que es una actividad muy bonita 😉
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