Mi primer día de vacaciones no puede comenzar de una manera más bonita.
Son las 10:30 de la mañana. He quedado a desayunar con una mujer muy especial.
Lleva esta maravilla de libro entre sus manos y me espera con una preciosa sonrisa. ¡Estoy en una nube!
Y se nos pasa la mañana hablando de historias, libros, editoriales, arte, ciudades, infancia… la vida entre sorbos de café y té.
La vida que se llena de realidades y cómo no, de sueños.
¡Baja de esa nube!
Ilustraciones de Mar Azabal
No quiero dejar de recordar los cielos de las noches de verano.
Este año han sido muy especiales.
Cada noche, en la casita de la sierra y lejos de luces eléctricas, nos asomábamos a un espectáculo que se desplegaba cubriendo todo lo que alcanzaba nuestra vista.
Miles de estrellas iban iluminando el azul oscuro de la noche mientras nuestra mirada las iba definiendo poco a poco. Con el paso de los días empezamos a nombrarlas y a dibujar las imaginarias figuras que muchas de ellas forman.
Tumbados y en silencio nos inundaba a veces la sensación de infinito, otras de pequeñez, en ocasiones de transcendencia y siempre de expectación y curiosidad.
Es tan bello, que puedo recordarlo perfectamente cada vez que lo intento.
Y en casa toco, veo y leo con calma y placidez este trocito de cielo atrapado en un precioso libro.
Imagino que J. PatricK Lewis, destacado escritor norteamericano, supo al ver las ilustraciones de Roberto Innocenti, que su nombre quedaría en segundo lugar en este libro porque la fuerza y virtuosismo de la mano del ilustrador es impactante.
La casa, editado por Kalandraka en 2010 es una joya álbum ilustrado.
Ahora, en este lado del planeta en que el frío arrecia y la casa se convierte en un nido único y al calor de una tarde casera que nos promete algunas horas de ocio, nos perdemos entre las páginas de este libro viviendo las muchas vidas que pasaron por La casa.
En una vieja colina, cercana a la aldea, se alza la casa.
Se construyó en 1656, según consta en el dintel de su puerta.
Durante sus primeros dos siglos de existencia pasó por muchas peripecias: sobrevivió a una peste, albergó a varias generaciones, se le fueron añadiendo innumerables piedras. La casa se convirtió en leyenda, y después fue abandonada. Pero, en el inicio del siglo veinte, fue descubierta otra vez y renació. Durante las diez décadas siguientes, la guerra destrozó la ladera de la colina, las costumbres antiguas cambiaron debido a las nuevas tecnologías, y una nueva familia la habitó.
La casa lo presenció todo, pero ¿será capaz de sobrevivir a otro abandono?.
La casa es fiel testigo de la historia y sus cambios: las costumbres sociales, las familias, los trabajos, la economía, la paz y la guerra…
Hay en el trabajo de ilustración de Roberto Innocenti una profunda documentación histórica que nos desvela en cada página el modo de vivir a través de los personajes, sus ropas, los acontecimientos alegres o tristes, los objetos que les rodean y las actividades que realizan.
Las ilustraciones hiperrrealistas que ocupan por entero las dobles páginas del libro, están llenas de detalles sobre la transformación del paisaje provocados por los cambios de estaciones, por los avances tecnológicos o bien por la ocupación o abandono de los habitantes del lugar.
La vista se pierde en mil rincones insospechados en cada ilustración. Te apetece acercarte tanto, que el uso de una lupa seguro que no sobra.
Es cierto que el álbum respira melancolía, tal vez provocada por esa mirada atrás que tiene la historia y que los autores, escritor e ilustrador, han querido hacernos sentir.
Aunque la escena es aparentemente siempre la misma, todo es distinto en cada una de ellas. Por ellas pasan generaciones de una familia y la vida misma.
La casa, es un libro que hace puente entre las historias de ficción y la divulgación. Muy hábilmente entremezcla estos dos aspectos acercándonos a la historia sin renunciar a las emociones.
Si quieres saber más sobre Roberto Innocenti:
Daniela Chudzinski, ilustradora alemana, y Anja Tuckermann, conseguirán emocionarte, sorprenderte y acercarte a la belleza del azul en este álbum ilustrado de la editorial Juventud., 2011.
¿ Quién tiene el azul más azul: el cielo, o el mar ?
Esto es lo que se pregunta la gaviota; y con este ardid, vuela rozando la espuma de las olas, atravesando neblinas, bailando con la lluvia y posándose en el agua…
… para descubrir el azul más profundo, el más transparente, el azul grisáceo, verdoso, negro, turquesa o el azul más luminoso.
Un espectáculo de la naturaleza lleno de fuerza y de belleza.
Un precioso libro en el que cada página es una imagen poética, repleto de arte, y donde el azul, conmueve.
Los tres bandidos
Editorial Kalandraka, 2007
Éste es uno de los libros más prestados, más solicitados y probablemente, el más leído en los primeros cursos. Es un libro estrella en nuestra biblioteca escolar y que hay que reponer todos los años porque termina agotado…
Nos encantan Los Tres Bandidos. No hay niño que se rinda a esta historia. Los ojos como platos, la boca abierta y en silencio – mientras estos feroces bandidos hacen de las suyas-, siempre de la mano de unas ilustraciones hipnotizantes.
Es una delicia contar leyendo esta historia pues sientes que tiene las palabras justas, encajadas de modo que hasta se intuye el significado de las desconocidas: los bandidos al acecho, su escondite en una guarida, correr de boca en boca…
Estas son algunas de las escenas que más nos gustan:
Cuando oscurecía se ponían al acecho junto al camino.
Tenían cofres y arcas llenas de oro, perlas, anillos, relojes y piedras preciosas.
Como los bandidos no encontraron nada más en el carruaje, envolvieron a Úrsula en una manta y la llevaron hasta su escondite.
Los tres bandidos fue publicado en Francia en 1968 por L´Écoledes Loiris. La libertad, la energía, la alegría y el impacto tanto del texto como de las ilustraciones fueron sorprendentes en un momento en que las publicaciones para niños estaban repletas de sobriedad y moralismos. Sin duda Ungerer abrió brecha y camino en la literatura infantil, y fue muy inspirador para otros creadores dibujantes y escritores.
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Y después de la lectura, especialmente cuando se nos hace inolvidable, siempre hacemos algún trabajillo para que nos acompañe en casa y contarla en familia.
Pegamos papeles de colores.
Una historia con ingredientes de los de antes: bandidos, niña huérfana, tesoro, escondites, cofres… y que no debes perderte la experiencia de compartirla con los niños.
Y además, puedes ver una animación de la historia:
El autor:
Este es Tomi Ungerer.
Nació en Estrasburgo, en la región de Alsacia, Francia, en 1931.
En 1998 obtuvo el Premio Hans Christian Andersen.
En 2003, el Consejo Europeo decidió nombrarle como su primer embajador de la Niñez y la Educación.
Tomi ha vivido y trabajado en Estrasburgo, Nueva York, Canadá e Irlanda y es un artista en múltiples facetas, no sólo dedicado a la publicación infantil.
Ha sido un creador valiente que no ha querido renunciar a su faceta de provocador y crítico social, también cuando escribía para niños.
Siempre ha sido un hombre comprometido socialmente y ha participado en campañas contra el racismo, el fascismo, el desarme nuclear y a favor de numerosas causas humanitarias, que es actualmente su mayor ocupación.
Puedes leer un artículo sobre su vida en la revista Imaginaria.
Y la bibliografía publicada en español, desde aquí.
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